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Semana de la moda en Nueva York. ¡¿Qué hacemos que no estamos allí?! Yo morirme de la envidia, eso es lo que hago. Pero así es la vida y el que no se consuela es porque no quiere. Así que, hace varios días, decidí ahogar mis penas yendo a cenar con dos amigas a Taxi a Manhattan. Un nuevo restaurante (en Madrid) ambientado en la ciudad que nunca duerme.
Grafittis, neones, calles newyorkinas, camareros con tirantes negros y amarillos inspirados en los taxis que las recorren, estructuras que simulan el puente de Brooklyn, un jardín vertical, enormes ventanales sin cortinas, show cooking, un piano... Todo respira a Nueva York, salvo el espacio entre las mesas. Aquí más que ámplio y allí un aspecto a mejorar, demostrando eso de que nada es perfecto. ¡Ni siquiera Nueva York!
El local, de tamaño considerable, distribuido en dos alturas y con diferentes espacios, mola mucho. Si te gusta la estética newyorkina, te gustará. El ambiente es agradable y el servicio muy amable, ambos propios de la ciudad de los rascaciellos. La carta, sin embargo, sorprende. Lejos de ser la típica propuesta de comida americana, entre sus líneas encuentras tapas, pastas, sushi, ensaladas y arroces. Un tanto ecléctica y más bien pequeña. Yo más que un restaurante americano, lo defininía como restaurante de carta delic internacional con estética 100% newyorkina.
Nosotras optamos por empezar con los chupa chups de queso de cabra y confitura de tomate. RICO. Seguir con su (única) hamburguesa, la gastro con carne de cebón y pan de cerveza acompañada por tres salsas: mayonesa de tomate seco, mostaza con miel y un delicioso (y especial) ketchup personalizado. RICA. Y terminar con
el Taxi Cheescake. NORMALITA.
Nos gustó perdernos (por unas horas) en Manhattan. Nos divertimos. Hablamos de la vida, de belleza y de moda. Y seguro que nos reimos bastante más que las que, ese día, estaban en el 'fron row'.
Calle de la Basílica 17
Madrid
